LOS SUEÑOS NO TIENEN FRONTERAS

          Hoy me he levantado y he vestido mi mirada de esperanzas. 

Mis ropas, de rojos y azules he pintado.

El cielo cubre mis sueños de mañanas.

"Sin fronteras" Autor: M. Orta

     Febrero iba poquito a poco despidiéndose. Las calles se llenaron de alegría y colorido ansiado por todos pero sobretodo por aquellos que durante días y días habían estado preparando concienzudamente el momento: reencontrarse con las calles, con las gentes y con esa mítica distancia de 42,1Km. Todo en Sevilla era una fiesta. Y todas nuestras cámaras estaban preparadas.

     Fieles a la cita, Fotoquinto se echó a las calles  para inmortalizar ese rio de gentes que corren, que ríen, que gritan una suplica o que sólo buscan hacer realidad su sueño de finalizar la Marathon de Sevilla. Allí estábamos como de costumbre para hacer lo que más nos gusta: contar historias en imágenes. Nuestros sensores inquietos atrapaban o intentaban atrapar esas miradas, gestos, actitudes que contaran todo cuanto al final es la Marathon, una historia de superación.

     Sevilla como de costumbre se echó a las calles y arroparon a estos soñadores que corren tras de un sueño y entre ellos, un soñador que ahora había cambiado las zapatillas de deportes y las calzonas por la cámara de fotos y los objetivos. 

     De entre las fotos participantes a este reto DEPORTES, nuestros socios hicieron merecedor del premio a mejor fotografía a la de nuestro amigo Manuel Orta. En su fotografía no solo sentimos la sensación de velocidad sino también la concentración de ese primer corredor que ante nosotros pasa  ajeno a todo cuanto acontecía a su alrededor. En su cara sentimos la fuerza, la entrega, la pasión y la alegría por romper todas las fronteras. El corredor centrado en su propio esfuerzo y en su objetivo final. Y ahí estaba la cámara de nuestro amigo amigo Manuel, él que tantas veces había estado del otro lado, que tantas veces había sentido ese rio interior de endorfinas que le llevaban hasta la meta.

Pero en la imagen ganadora no sólo la velocidad nos atrapa sino también esa corriente de color y esfuerzo. Aquí no hay fronteras ni de edad ni de lugar de nacimiento. Enhorabuena amigo Manuel por tan  emotiva historia de esfuerzo y superación.