VOLVER HACIA ATRÁS

" Un reflejo en mi ascensor" Autor: David Morón

     Los retos nos ofrecen la oportunidad de enseñar nuestra mirada, aquella con la que percibimos el mundo, con la que cuanto nos rodea nos elige para ser su mensajero. Ofrecer esa manera diferente de atrapar objetos, animales, miradas e incluso sueños, esa es la grandeza de la fotografía; ese sin duda es el veneno que se inocula en nuestro corazón haciéndonos presos de La Luz y sus formas. 

     Retarnos es competir con nuestras miradas, es ofrecerle al otro nuestro corazón hecho imagen. No es un combate a muerte ni derramaremos nuestra sangre en la arena. Es un entregar sentimientos, es decir bajito ¡mira, mira ahí!. Y miramos y nos preguntamos cómo no supimos verlo. Y nos deleitamos como ese momento atrapado en el sensor de nuestra cámara, en la retina del otro haciéndola nuestra.

     Y así ha sido de nuevo este reto, donde se nos dijo "volver hacia atrás" que es al fin y al cabo lo que significa reflejo. Y nos reflejamos en ese mundo exterior que nos rodea, que nos envuelve y a veces nos aprisiona. 

     Hemos atrapado una Giralda coqueta, un venir al mundo sonriente, un puente azul de los sueños, un flamenco que se pasea por las aguas mientras un torito lo mira desde la tierra; un pabellón mudejar que se acicala en el agua, otro puente que mira a las estrellas, un átomo acuoso y  emergente, una niña que enseña el mundo que vive en el espejo, en el agua que se esconde entre las piedras, un atardecer en el amar o una pincelada sobre un suelo mojado., o unos pies que sueñan camino... pero sobre todos ellas, el colorido y las formas redondeadas, juguetonas y convergentes; un amarillo que se convierte en verde cuando se mira sin querer mirarse; un momento en el que el universo se refleja y la mirada de nuestro amigo David la capta para asirla para siempre a nuestras retinas, a nuestros recuerdos. Es una fotografía envolvente, soñadora, misteriosa por momentos. Nadie diría que en un ascensor se esconde tanto color, tantas formas misteriosas. De composición exquisita y de una sencillez que atrapa. Así es él, nuestro David Morón, que está sin dejarse ver, que se muestra sin estridencias. Sus fotografías emanan elegancia, sencillez, dulzura. 

     Ha sido de nuevo un reto multitudinario, donde las votaciones casi desde un principio dejaron claro el ganador; aunque nuestra amiga Patri no se lo puso del todo fácil. Como en ocasiones anteriores es muy difícil decidirse por una fotografía porque todas y cada una de ellas guardan maestría y buen hacer. Enhorabuena a David por su merecido premio y a los demás por tan buenas "miradas". 

     Para nuestro próximo reto nuestro amigo Manuel Muñoz nos ha planteado un reto nada fácil: retratos. Pero no cualquier retraso, ya sabéis, hay que rizar el rizo, dar lo mejor de nosotros como fotógrafos. Porque al fin y al cabo, en un retrato atrapamos un poquito el alma de aquel que se muestra ante nosotros, ante nuestra "mirada indiscreta". 

¡Ánimo, y vamos a llenar nuestro muro de hermosos rostros!