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miércoles, 15 de octubre de 2014

Fotoquinto en el Parque Nacional de Monfragüe

Fotoquinto y unos pocos de sus fotografetes partió para celebrar el día de la Hispanidad hacia tierra de conquistadores. Ni los kilómetros ni el madrugón pudieron con los intrépidos que después de un desayuno por el camino y algún percance sin afortunadamente ninguna gravedad en las últimas curvas del recorrido, llegaron al Parque Nacional de Monfragüe en Extremadura.

Allí se encontraron todos, los que madrugaron, los que ya estaban allí y Eduardo de Monfragüe Natural que hizo de chófer y anfitrión, contando estupéndamente todo lo que sabe, que no es poco,  relacionado con este rincón privilegiado.



La primera visita fue a la buitrera del Salto del Gitano, donde Eduardo nos enseñó a distinguir a un buitre negro de otro leonado y nos contó la leyenda que tiene que ver con el nombre del lugar. Mientras nosotros intentábamos pintar un cuadro con buitres, escurridizos y burlones. El coqueto leonado que se acicalaba las plumas después de una comilona fue inmortalizado con un vídeo.

Foto: Paco Florido

Foto: Javier Mantilla

Después de vuelta a la aldea para esta vez sin pararnos ir en dirección al corazón del Parque. La lluvia nos respetaba apareciendo de vez en cuando de forma suave y dibujando en el cielo fabulosas nubes con las que pintar nuestros paisajes.

Foto: Paco Florido
El Tajo, poderoso, nos acompañó en el recorrido y en sus riveras asomaron unas coquetas ciervas que acostumbradas a la presencia de vehículos en el parque se quedaron a tres metros para hacernos de modelo.

Foto: María Iglesias
El paisaje mediterrráneo que alberga ganado vacuno, lanar, porcino y equino, nos guardaba una gran sorpresa: dos alcornoques centenarios que abrieron nuestras bocas de asombro y a cuya sombra abrimos unas bolsas de frutos secos; el ruido del envase hizo acercarse de forma descarada a los caballos sinvergüenzas que estaban pastando cerca.

Foto: Javier Mantilla


Y por fin en las entrañas del parque, la gran manada. Ciento de ciervas en celo pastando roneando con los machos, a los que por estas tierras llaman "berraco". Su grito de celo en el aire era perfectamente audible y pudimos observarlos a través de los telescopios que Monfragüe Natural puso a nuestra disposición.
Un espectáculo que una vez más nos brinda la Naturaleza rodeados de un intenso olor a jara mojada.

Foto: María Iglesias

De vuelta el almuerzo. Un copioso almuerzo con viandas de esta tierra.

Por el camino nos paramos a fotografiar el pequeño puente de piedra que atraviesa el río Almonte, donde alguno que otro se vio amedrantado por los listos del grupo :)

Y ya por la tarde paseo por la milenaria ciudad de Trujillo. Plaza, callejas, castillo, iglesia, todas las piedras que los forman capturadas por nuestros objetivos.

Foto: Javier Mantilla

Foto: Javier Mantilla

Foto: Javier Mantilla

Fotos, fotos, fotos. Todas acompañadas de risas y camaradería. Una jornada larga, que nos dejó tan buen sabor de boca que nos quedamos con ganas de más. Volveremos.

Gracias a todos los asistentes y a Eduardo de Monfragüe Natural que nos lo puso todo tan fácil.

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